La Raymond Aron ante el maquiavelismo político
di Jerónimo Molina Cano

Raymond Aron [1905-1983], “anticomunista sin remordimientos”, [...] no fue un politólogo convencional aunque tiene alguna obra politológica notable. Tampoco puede alinearse con sus colegas sociólogos a pesar de sus estudios sobre la sociedad industrial. Tuvo Aron mucho de filósofo de la durée histórica, pero también de comentarista político del tiempo inmediato. Por otro lado, asiduo lector de Maquiavelo, Montesquieu, Clausewitz, Tocqueville, Marx o Weber, nunca tematizó su pensamiento, con la única excepción del general prusiano. Con todo ello tiene algo que ver su relativa insatisfacción sobre la magnitud de la propia obra, puesta de manifiesto particularmente al epilogar sus memorias. En aquella ocasión se interrogaba sobre el destino particular de algunos de sus libros, acaso demasiado sometidos al imperio de la actualidad. Pero su proyección de “analyste” y “militant”, que hace de él un escritor tan siglo-XX, tal vez compense, de haberlas, esas limitaciones.

Mas Aron, ante todo, ha sido el gran polemista liberal europeo de la posguerra. Observador comprometido del siglo de las guerras totales y de las religiones seculares, de la descolonización del mundo y de la decadencia de Europa, sobre sus páginas gravita una cierta nostalgia de la acción política, en la que nunca ofició realmente de político profesional. El virus de la política, sin embargo, le alcanzó de alguna manera, incluso si negaba haber querido ser el “Kissinger d’un Prince”. [...] Una anécdota juvenil ―cierta conversación del joven Aron con un subsecretario del ministerio de Asuntos Exteriores, Joseph Paganon―, inspiraría después uno de los lemas capitales de la praxiología política incoada por el fundador de Commentaire: “Que feriez-vous à sa place?”, interrogante que no oculta una cierta prevención contra el intelectualismo político de los poderes indirectos. Mas contemplado desde el exterior, el pensamiento aroniano acusa la atracción polar de la “société industrielle”, que no opera en la economía de su obra como un concepto sociológico ―según podría deducirse a primera vista de la modestia formal con que fue planteado el asunto en sus cursos universitarios de 1955 a 1958―, sino como una verdadera categoría de la interpretación histórica política, la cual dota a todos sus escritos de una sutil continuidad. En ese punto, la preocupación por el destino de la libertad en las sociedades democráticas contemporáneas se convierte en la constante aroniana por excelencia.

Este estudio pretende tematizar el concepto del maquiavelismo en el pensamiento del escritor francés, mas no como un mero problema metódico, más o menos circunstancial, sino como una de las claves para el acceso a su obra. Habremos de considerar previamente, por tanto, la situación histórica espiritual, en la que necesariamente se trenzan las determinaciones de la forma política tardoestatal que abarca casi todo el siglo XX (el Estado socialdemócrata) con los procesos de la inteligencia política (el declinar de las ideologías y no tanto su fin). [...] La exposición de la querella sobre el maquiavelismo en tiempos de guerra será la referencia que introduzca la búsqueda aroniana del “secreto del maquiavelismo”, proceso en el que las “afinidades repulsivas” se transformaron en afinidades de elección, sobre todo a partir del proceso de decantación de conceptos propiciado por la polémica con Jacques Maritain. Llegados a este punto podremos distinguir entre un falso maquiavelismo, que encubre el moralismo impolítico de las religiones seculares, y el realismo político característico de Aron, concepto ciertamente vago que, no obstante, será elucidado en los tres órdenes del pensamiento político: el de lo ideológico político (“liberalismo esencial”), el praxiológico político (“maquiavelismo moderado”) y el de las significaciones histórico-políticas (“la política del hombre histórico”).

25 aprile 2003


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